Si vas a hacer buceo en Canarias, te recomiendo que prestes especial atención a los fondos arenosos, pues en estos se camufla uno de los peces más amenazados del planeta: el tiburón angelote. Con su cuerpo aplanado, este depredador utiliza sus anchas aletas pectorales para enterrarse parcialmente en la arena, donde espera para emboscar a sus presas.
Hace 50 años, el tiburón angelote tenía una amplia distribución, pudiéndose encontrar en abundancia desde Noruega hasta las costas del Sáhara. Sin embargo, debido a la pesca y a la destrucción de su hábitat, su población se ha reducido hasta un 80%, pasando a catalogarse en 2006 como especie en peligro crítico de extinción por la IUCN. Actualmente, el archipiélago canario alberga la mayor población de este tiburón y es una de las especies más avistadas por los buceadores.
Con el objetivo de recaudar información científica para ayudar a la conservación del angelote, en 2014 se creó el “Angel Shark Project: Canary Islands”. Una de las primeras metas que se planteó el proyecto fue realizar un estudio sobre la distribución y el uso del hábitat de esta especie. Como podréis imaginar, explorar todos los fondos marinos de las ocho islas del archipiélago es una tarea inabarcable para cualquier grupo de investigación. Por eso, este proyecto decidió contar con la colaboración de un potente aliado.
El turismo de buceo es una industria importante en Canarias. Al año miles de buceadores se sumergen en los mismos puntos para descubrir la belleza de los fondos marinos de las distintas islas. ¿Por qué no aprovechar esto para recaudar información sobre el angelote?
En 2017, se publicó un estudio que contó con la colaboración de 22 de los 48 centros oficiales de buceo distribuidos por el archipiélago. Gracias a su aportación, ahora sabemos aspectos importantes de la ecología del angelote que pueden ayudar a mejorar su conservación:
- A lo largo de un año, se registraron dos picos en abundancia de esta especie, uno de abril a julio y otro de diciembre a febrero. Septiembre fue el mes con menos presencia.
- La mayoría de los angelotes nacen entre los meses de abril y julio y estos juveniles se vieron principalmente en Tenerife y Lanzarote
- Se encontraron ejemplares en todas las costas del archipiélago, pero especialmente en las islas centrales (Gran Canaria y Tenerife) y del este (Lanzarote y Fuerteventura). Se piensa que esto se debe a la temperatura del agua, pues en la zona oeste su temperatura es 2oC superior.
Uno de los sitios donde se avistaron más ejemplares es Puerto del Carmen, en Lanzarote. La administración pública y los distintos centros de buceo en este lugar son conscientes de la riqueza marina de la zona y hacen esfuerzos activos por conservarla.
En concreto, el centro de buceo Timanfaya Sub resulta un buen modelo a seguir por el trabajo en sostenibilidad que lleva haciendo durante 25 años. Aparte de participar en el Angel Shark Project desde su inicio, avistando y fotografiando ejemplares, también trabajan con la ONG Project Aware para fomentar la conservación de la vida submarina y mantener el agua libre de residuos. Paloma Ceballos, jefa del departamento de sostenibilidad de Timanfaya Sub, tiene claro el tipo de turismo por el que quieren apostar:
“Sabemos que nuestro impacto es muy grande, por eso todas nuestras iniciativas tienen como meta conseguir un turismo sostenible que sea lo menos invasivo posible con el medio. Queremos huir de los estereotipos del todo incluido y apostar por un turismo que muestre nuestro patrimonio, nuestra identidad y las riquezas del ecosistema donde vas a bucear”.
Gran parte de sus esfuerzos van dirigidos a mantener el agua limpia. Por ejemplo, realizan recogidas de residuos y periódicamente llevan a cabo charlas para que sus buceadores sepan cómo proteger y limpiar el medio. También han empezado a elaborar listas de fauna y flora autóctona que muestren a los buzos la riqueza del ecosistema y sean así conscientes del privilegio que es bucear en estas aguas.
Para Ceballos, es de vital importancia que la lucha por la conservación sea un trabajo cooperativo:
“Sabemos que Timanfaya Sub solo no puede mantener el entorno limpio, siempre hemos creído en el trabajo conjunto. En todas nuestras medidas nos apoyamos en la administración pública local. Nos gusta transmitir a nuestros buzos el mensaje de que la sostenibilidad es global y que toda la isla trabaja en ello”.
Sin duda, la elevada presencia de tiburón angelote en sus costas es un buen ejemplo de cómo las buenas prácticas se ven recompensadas. En 2021, Timanfaya Sub recibió la certificación Biosphere, quedando así reconocidos sus esfuerzos en sostenibilidad. Aun así, Ceballos insiste en que hay mucho camino por andar.