¿Te imaginas que algún día llegásemos a establecer contacto con vida extraterrestre? Si ocurre, no nos extrañaría que nos echasen en cara que, además de contaminar el planeta Tierra, también hemos llenado de residuos el espacio. ¿Cómo hemos acumulado basura tan lejos de nuestro planeta?
Basura orbitando la Tierra: un peligro muy real
La era espacial comienza en 1957. Desde entonces hemos lanzado multitud de cohetes, naves, satélites y equipos tecnológicos para descubrir más sobre el espacio. De todo ello, se encuentran flotando alrededor de la Tierra, millones de fragmentos de basura espacial. Este dato nos deja una reflexión muy importante: desde que empezamos a explorar más allá de nuestro planeta, también expandimos nuestra capacidad de contaminar.
Aunque la cifra de residuos parezca muy alta, ¿para qué nos vamos a preocupar si ni siquiera los vemos? Resulta que son un peligro por dos razones:
- La velocidad: en muchos casos superan los miles de kilómetros por segundo. Explicado para personas que no trabajamos en la NASA: significa que si colisionan, podrían destruir satélites activos.
- Interferencias: influyen en los sistemas de telecomunicaciones, tanto terrestres como de navegación espacial.
Y para muestra te dejamos la siguiente imagen:
Se trata de una simulación de lo que un pequeño trozo de plástico de 15 gramos podría hacerle a un bloque sólido de aluminio en el espacio. Resulta que no era tan poca cosa, ¿verdad?
¿Cuánto llegan a medir este tipo de residuos tan especiales?
- Menos de 1 cm: más de 128 millones ya están en circulación, y son tan pequeños que apenas son detectables.
- Entre 1 y 10 cm: hay aproximadamente 900.000 en órbita, con un tamaño que va desde una canica a una pelota de tenis.
- Más de 10 cm: son, sobre todo, herramientas perdidas o satélites que están fuera de servicio.
Estos “escombros espaciales” provienen de distintos países y sabemos que, a día de hoy, Rusia se lleva el primer puesto por haber desechado más basura en el espacio, seguido muy de cerca por Estados Unidos en segunda posición y China en tercera.
¿Cuáles son las consecuencias de toda esta basura flotante?
El mayor riesgo proviene de los fragmentos con un tamaño menor. Estos objetos pueden dañar las placas solares de los satélites que se encuentran activos. Otro de los grandes problemas proviene de los restos de combustible que flotan en el espacio. Estos residuos son inflamables y, si acabasen explotando, dispersarían sustancias contaminantes en la atmósfera. También existen algunos fragmentos que pueden llegar a contener material radioactivo, de manera que si entrasen de nuevo en la Tierra serían muy contaminantes.
¿Cómo solucionamos este problema?
En relación a la basura que ya está flotando por el espacio, existen algunas iniciativas que podrían solucionar el problema:
- Diseño eficiente: construyendo naves y cohetes que desprendan la menor cantidad de materiales durante su lanzamiento.
- Láser: se pueden detener los fragmentos vaporizando su superficie con un láser de potencia muy alta.
- Reutilización: volviendo a utilizar los materiales de los cohetes que vuelvan en buenas condiciones a la superficie.
- Pasivación: eliminando las fuentes de energía de satélites que no se usan De esta manera, se evitan posibles explosiones.
- Autodestrucción: programando el satélite para que al final de su vida útil salga fuera de la órbita. ¿El resultado? Que se destruya al entrar en contacto con la atmósfera.
Sin embargo, la solución perfecta existe: no producir más residuos en el espacio.
Buenas noticias
Si te has quedado preocupado porque de repente pueda caer algún fragmento del cielo, calma. La NASA tiene un programa especial que se dedica a vigilar la basura espacial, el ‘U.S Space Surveillance Network' (SSN). El propósito es controlar e identificar estos objetos para predecir cuándo y dónde podrían caer en la Tierra. Así que, de momento, podemos estar tranquilos.
Además, ya se están tomando medidas para solucionar el problema de manera eficiente. Aunque la Agencia Espacial Europea tiene un sistema para recolectar basura del espacio gracias a un satélite que la “atrapa” mediante una red. Pero existe otro proyecto muy prometedor: se trata de ClearSpace-1, aprobado en 2020. Una misión en el espacio para limpiar basura. Un proyecto que supondrá un hito en la historia espacial que podremos ver en marcha en 2025.